La escuela de padres es un órgano de
formación permanente de los padres, para proseguir como padres y educadores. Es
un plan de formación psicopedagógico y ambiental a lo largo del tiempo. Se realiza
a través de la propia experiencia y el diálogo entre otros padres, se ahí su
buen funcionamiento.
La duración de esta escuela es una
variante importante, tiene una temporalidad de tres años con reuniones cada
quince días. En ellas, los padres se reunirían en sesiones de dos horas y media
aproximadamente.
Su objetivo es dar y transmitir información
sobre temas y problemáticas de la educación de sus hijos, de la familia. El conocimiento
dado debe de ser un equilibrio entre lo que piensan y han vivido los padres y
los conocimientos que se quieren transmitir a sus hijos, todo ello desde la
perspectiva madura de los alumnos.
El contenido de las enseñanzas está
relacionado con el contexto en el que viven los niños, el centro donde estudian,
su ciudad, su comunidad, el ambiente familiar, la educación, etc. para su
desarrollo personal y su futura formación.
Su metodología está basada en la participación
y el aprendizaje autónomo de las familias, prevaleciendo el dialogo y la reflexión.
Esto favorece una mayor integración de los padres en los centros educativos de
sus hijos, así como una mejora en la educación que éstos reciben.
Este método de trabajo podría
estructurarse empezando por trabajar en un grupo formado por todos los miembros
de la escuela de padres, después se trabajaría en grupos más reducidos y más
tarde se haría una puesta en común para llegar a un acuerdo o consenso.
Es muy importante en mecanismos
educativos como este, tener la figura de al menos un padre o maestro conocedor
de técnicas pedagógicas y educativas. No obstante, se ofertan cursos para capacitar
a los padres de los alumnos en esta función.
Naroa Beamonte Urretxo